Clásicos de terror I

Me encantan las películas de terror; sin embargo es realmente difícil encontrar una que sea buena, hay gente que se asusta con cualquier cosa, pero los que ya estamos acostumbrados a este tipo de películas solo podemos disfrutar una de cada diez. La mayoría de las veces me quedo con las ganas de pedir que me devuelvan el dinero de la entrada al cine, pero estos intentos fallidos valen la pena cuando encuentro una que sea realmente buena.
Uno de los problemas de las películas de terror es la gran cantidad de “clichés” o escenas clásicas que hacen que todo sea predecible. A continuación planteo los clichés más comunes:

El gato que salta. En todas las películas de terror o suspenso no debe faltar una escena en la cual el protagonista camina buscando algo y escucha ruidos extraños; se aproxima a un closet, armario o similar y lentamente abre la puerta con la seguridad que encontrará algo horrendo, entonces se produce un ruido fuerte y salta un gato… solo era el gato.



La estática en el televisor o monitor. Creo que todo comenzó en Poltergeist cuando la niña miraba fijamente un televisor sin imágenes, solo estática. En muchas películas de terror como El Aro se ha usado esto como una técnica visual para asustar, junto a las imágenes de mala calidad y un poco borrosas que dejan libre la imaginación. La estática del televisor es todo un clásico, pero se ha usado con tanta frecuencia que se ha tornado predecible.


Gritos ensordecedores de la heroína de la película. Creo que las películas malas, que no dan miedo recurren a esta “técnica” para provocar que la audiencia salte de sus asientos. Si la película es predecible y no da miedo, ¿Qué mejor que un agudo alarido luego de un profundo silencio?. He visto unas cuantas películas que hacen saltar del asiento solo por los desagradables gritos de la histérica actriz; sin embargo, si se le quita el volumen a estas películas no dan nada de miedo y pueden ser hasta graciosas.


Fantasmas con cabello largo y negro. Creo que esto se puso de moda con películas como “La Maldición” y “El Aro”; a partir de aquí, la gran mayoría de las películas tiene fantasmas con el cabello largo y negro que les tapa la cara y solo deja ver algunos horrendos rasgos de la misma dejando casi todos los detalles a la imaginación del espectador. Lo muestran de manera en que uno no tiene claro donde termina la cabeza y empieza el cuerpo, esto le da algo de misterio al asunto, aunque admito que ya se ha vuelto algo tan común que llega a ser aburrido.