Cada quien vive su vida de manera diferente, ve el mundo diferente, tiene manías, creencias, miedos. Nadie es igual a nadie.
Pero hay una cosa que todos hacemos todos los días: despertar. No importa si te acostaste tarde, temprano, en tu cama, o si te quedaste dormido en un transporte público. Mientras estés vivo siempre vas a despertar... tarde o temprano.
Hay muchas formas de despertar. Así como no todos los días son iguales, no todos los despertares son iguales. Varían en función a cada persona, a cada horario.
Dicen que el despertar es la diferencia entre la vida y la muerte, por esto, sería lógico decir que debe ser muy agradable despertar... pero no siempre es así.
A veces dormimos muy cansados y suena el despertador; aunque lo hace a la hora programada, nos da la impresión que sonó "antes de tiempo"... queremos tener mas tiempo para dormir, no queremos ir a trabajar y golpeamos el despertador con rabia. Esta no es una manera muy agradable de despertar.
Otras veces teníamos programado el despertador muy temprano para ir a trabajar. Despertamos y notamos que es muuuy tarde... por alguna razón el despertador no sonó. Observamos los rayos del sol por la ventana y saltamos de la cama como un resorte profiriendo maldiciones e inventando una excusa para justificar la entrada tardía al trabajo.
Son pocas las veces que despertamos a la hora correcta, sin sueño y con buen ánimo para las actividades del día.
Los fines de semana y feriados, el maldito despertador respeta nuestra pereza. Podemos despertar temprano, por costumbre, pero cuando recordamos que no es un día laboral nos volvemos a recostar con mucha felicidad. Es una forma muy agradable de despertar y volver a dormir. Pero en esos casos suele suceder que nos levantamos muy tarde y no nos queda tiempo para disfrutar despiertos el fin de semana.
El único caso en el que es completamente agradable despertar es cuando tenemos una pesadilla... soñamos que se nos caen los dientes, o que muere un ser querido, o que unos ladrones entran a la casa. En el sueño todo tiene sentido: es absolutamente normal que los dientes se caigan como granos de arroz y que los ladrones atraviesen las paredes como fantasmas para entrar a la casa.
Pero despertamos y nos damos cuenta que los dientes aún están allí, que no ha muerto nadie y que no hay ladrones en la casa. Independientemente de la hora, nos sentimos aliviados de tener que ir a trabajar y no tener que ir a un odontólogo para mandar a hacer una dentadura postiza.
Estas son mis maneras de despertar. Mucha gente le tiene miedo a las pesadillas, y evitan irse a la cama inmediatamente después de comer para no soñar que su perro está poseído por un espíritu demoníaco.
Pero yo no. Yo prefiero tener una pesadilla que dure unos minutos para luego despertar y sentir alivio, y no pasar una noche corta con un sueño placentero para despertar con ganas de seguir durmiendo, volver a dormir, y luego despertar tarde profiriendo maldiciones.
19/6/07
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
independientemente de la forma en que lo hagas, despertar es como una nueva forma de volver a comenzar
Pues la verdad despertar es algo xd.
ATT: Jose
Por cierto si lees pone mas viejo van 0 post en el 2010 dale pone mas
Publicar un comentario