25/6/07

El Alter Ego en Internet.


El Internet es todo lo que ya sabemos: la súper autopista de la información. Nos permite tener acceso a cualquier tipo de información, falsa, verdadera, útil o basura. Cualquier cosa que se nos ocurra podemos encontrarla en Internet.
Cuando por fin tenemos Internet en la casa, todo cambia, ya no hay ratos de ocio en los cuales nos aburrimos, siempre hay algo que hacer, algo que buscar, algo que ver.


Y siempre hay alguna actividad que nos atrapa, juegos, foros, lo que sea; participamos por un tiempo pero luego dejamos los dejamos en el olvido para hacer otra cosa.

Descubrimos páginas para conocer gente donde al principio nos da miedo usarlas, pero luego descubrimos un mundo nuevo con la posibilidad de crear otro yo en Internet.

Creamos entonces una nueva cuenta de correo, inventamos un nombre, armamos un perfil falso con la menor cantidad de información posible. Lo hacemos como un niño travieso que roba dulces de la casa de su abuelita.

Entramos en los "chats" con nicks llamativos, extraños y hasta ridículos, solo con el objeto de llamar la atención, de entrar en un mundo desconocido en el cual hablamos con extraños sin rostro. Sin ningún criterio, les damos nuestra nueva dirección de correo a cuanto ser se atraviese en el chat.


Poco a poco va aumentando la lista de contactos en el messenger; contactos con nombres extraños, seguramente falsos también. Las conversaciones son superfluas pero intensas. Con estos extraños compartimos asuntos tan intimos que ni si quiera los compartíamos con nosotros mismos. Entonces sentimos cierta afinidad por algunos contactos, y nos gustaría conocerlos un poco mejor... pero aun no es tiempo para darles nuestra verdadera dirección de correo electrónico, así que creamos entonces otro, uno intermedio, en el umbral de lo conocido y lo desconocido.

Ya tenemos tres correos distintos, tres direcciones distintas, tres claves distintas... y tres grupos de personas distintas: los de verdad, los extraños y los... los que queremos conocer pero no nos atrevemos.


Quizás con el tiempo dejamos de usar estos correos paralelos, porque la agobiante vida diaria y las responsabilidades laborales toman tiempo y generan cansancio, olvidamos las claves y olvidamos a aquellos extraños etéreos y a los no tan extraños que quisimos conocer y no nos atrevimos y no pudimos.


Comenzamos a participar en foros serios... no queremos dañar la imagen de forista serio que nos hemos ganado, pero en mas de una oportunidad nos tenemos que aguantar las ganas de burlarnos de manera desparpajada de las imbecilidades que escriben algunos cretinos... y surge la necesidad de hacer reencarnar a aquel alter ego inexistente, el otro yo, el yo malo, el yo que no tiene miedo de decir lo que siente y desparramar su ira y su desprecio por la humanidad...

Y el otro yo, resurge de las cenizas, con otro nombre, otra dirección de correo, una intención distinta, mas directa. Ya no se trata solo de hablar con desconocidos, sino de tener la libertad absoluta pata escribir de manera asquerosamente sincera.


Hay veces que el otro yo tiene mas contactos en su lista, mas amigos y mas comentarios en su espacio msn que cualquier mortal con nombre y apellido que haya navegado jamás por la red.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Este es mi tercer y último comentario para el día de hoy.
Freud vuelve a surgir con su tan afamado análisis del yo, ello y superyó, de una u otra forma emergen como sombras que no nos dejan y nos siguen a todas partes, la diferencia es el tono de luz con la cual deseamos ocultar esos "detalles" que nos averguenza compartir en la realidad.
Sí, todas las personas podemos tener deseos o personalidades reprimidas, pero también mucho enojo hasta el punto de querer pasar por alto ese famoso mandamiento que dice..."no matarás"...
Nuevamente me hiciste gozar con tu artículo "Alter ego" manifiesto en las ciberpersonalidades múltiples y la clasificación de correos...jajaja tremendo!